miércoles, 28 de octubre de 2015

La dieta disociada: Ejercicios

La dieta disociada: Ejercicios

En muchas ocasiones suele suceder que al iniciar una dieta se desconocen qué ejercicios deben acompañar el régimen alimenticio, o simplemente no se le presta atención a esta parte de la dieta la cual es tan importante como también lo son los alimentos a ingerir durante la dieta. El no realizar una rutina de ejercicios complementaria a la dieta puede causar resultados no deseados.

Una dieta tan importante como lo es la dieta disociada exige la práctica de ejercicios que, estimularán la pérdida de peso y la tonificación del cuerpo. Se recomienda que la rutina a seguir consista en ejercicios aeróbicos sencillos que pueden realizarse en casa, facilitando así el avance de los objetivos planteados al iniciar la dieta.

Ejercicios aerobicos

Cada rutina posee un tiempo promedio de veinte minutos y pueden practicarse desde la comodidad del hogar. Antes de comenzar es importante ubicar un lugar amplio donde se puedan hacer los ejercicios sin obstrucciones. Es recomendable hacer uso de un espejo en el ambiente de ejercicio.

Se recomienda iniciar con un calentamiento sencillo que consiste en un trote moderado en el lugar, elevando las rodillas un poco más de lo normal buscando imitar un ritmo de marcha durante no más de dos minutos. Es importante tener bajo control la respiración, logrando que el cuerpo no se fatigue mientras se está en movimiento. El objetivo de esto es que el cuerpo comience a bombear sangre con más intensidad en las piernas para entrar en calor.

Al llegar a ese punto se le añade más fuerza al trote de manera progresiva durante cinco minutos, tomando en cuenta la respiración, llevándola de manera pausada y rítmicamente. Logrando de esta forma tonificar las piernas y mejorando la capacidad cardiorrespiratoria.

Terminada esta parte, se disminuye lentamente el trote para luego pasar con el salto de cuerda. Se harán veinte repeticiones con las piernas juntas y ligeramente flexionadas, pegando las manos al cuerpo, creando la simulación del salto de cuerda.

A continuación, rota el cuerpo a un lado, colocando la mano a la altura de la cadera, extendiéndola, con el codo pegado al cuerpo. Alza la rodilla hasta casi tocar la palma de la mano. Luego cambia de lado. De esta manera se mejora la flexibilidad. Diez repeticiones por lado.

Después, estando de pie con las piernas juntas, desciende sin prisa hasta casi tocar el piso con la yema de los dedos, dejando la espalda recta y a cabeza un poco erguida, para luego elevar el tronco y alzar los brazos, repitiéndolo veinte veces.

Ya para finalizar, trotar durante un minuto, bajando el ritmo lentamente hasta detener el trote.

Se puede realizar la rutina sin descanso entre ambos ejercicios solo si se es capaz de soportarlo, sino, tomar entre treinta segundos y un minuto para descansar. Beber mucha agua para no deshidratarse. Si está a disposición puede repetirse la rutina.




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